domingo, 31 de mayo de 2009

Felicidad, qué bonito nombre tienes.

sábado, 23 de mayo de 2009

táctica y estrategia

El otro día, falleció Mario Benedetti, del que alguna vez había leído alguna poesía que me había gustado, pero al que no había seguido especialmente. Me entró la curiosidad al leer el blog de Sara y me he pasado un par de horas leyendo una selección de sus poemas, que me han atrapado completamente.

Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte,
aprender cómo sos,
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte,
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que, entre los dos,
no haya telón,
ni abismos.

Mi estrategia es,
en cambio,
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que, un día cualquiera,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
por fin me necesites.

miércoles, 20 de mayo de 2009

alea iacta est

Alea iacta est, la suerte está echada. Nadie podrá decir que no hice todo lo que pude, y por eso, me siento orgullosa. Que al final siempre me toque perder, ya no depende de mí, tristemente. Lo bueno es que me siento fuerte, y que sé que podré afrontarlo fácilmente. Todo funciona por comparación, y esto no es nada a comparación de todo lo que he tenido que superar.

viernes, 1 de mayo de 2009

el juego de los contrastes

Un escritor japonés explicaba lo que le había sucedido a un oficial de su país durante la guerra de Manchuria. Al parecer, el militar había sido capturado por los soviéticos y fue arrojado al fondo de un pozo, donde sólo podía esperar morir de frío y de sed en la oscuridad.

Pero dentro de su desesperación, una vez al día sucedía algo maravilloso. Cuando el sol se hallaba exactamente encima del pozo, la luz penetraba hasta el fondo durante unos minutos. El oficial lo describía como una explosión brillante de esperanza.

Días más tarde fue rescatado por sus compañeros, que le salvaron la vida contra todo pronóstico. Sin embargo, muchos años después de que terminara la guerra, el oficial aún recordaba aquel episodio con melancolía.

Justamente porque vivía en la más oscura desesperanza, aquel rayo de sol era una inyección de gloria para él. Aunque el oficial logró rehacer su vida tras la guerra, aseguraba que jamás había vuelto a experimentar la felicidad de aquellos minutos radiantes en el fondo del pozo.

Nos enseña algo sobre la felicidad: sólo la pueden experimentar en toda su intensidad los que han vivido grandes altibajos, porque es un juego de contrastes. Los que nadan siempre por el espectro medio de las emociones, nunca conocerán la esencia de la vida. Esa es la enseñanza del pozo: a veces hay que tocar fondo para entender la grandeza del cielo.

"El Mejor Lugar del Mundo es Aquí Mismo"
Francesc Miralles & Care Santos