jueves, 25 de octubre de 2007

no sé mañana

El otro día, Izas me regaló un libro del tipo etéreo espiritual que tanto le gustan a ella, y lo empecé a leer por entretenerme un rato... y la verdad es que me está sorprendiendo positivamente, sobre todo porque hay un párrafo que describe exactamente los pensamientos que me pasan por la cabeza últimamente.

No quiero sentirme demasiado vinculada a nadie, ni depender de nadie para ser feliz o sentirme bien porque veo una y otra vez que no hay nadie con quien puedas contar siempre. La vida da muchas más vueltas de las que imaginamos y al final, sólo te tienes a ti mismo. Se recrean situaciones ilusorias en las que parece que sí, que tal o cual persona estará siempre contigo. Pero no es cierto, al menos no siempre lo es, y nunca lo sabes.

En fin, os pego el párrafo en cuestión:

Si quieres obtener una felicidad duradera, has de estar dispuesto a odiar a tu padre, a tu madre... y hasta tu propia vida y a perder cuanto posees. ¿De qué manera? No desprendiéndote de ello ni renunciando a ello (porque, cuando se renuncia a algo forzadamente, queda uno vinculado a ello para siempre), sino, más bien, procurando verlo como la pesadilla que en realidad es; y entonces, lo conserves o no, habrá perdido todo dominio sobre ti y toda posibilidad de dañarte, y al fin te habrás liberado de tu sueño, de tu oscuridad, de tu miedo, de tu infelicidad...

"UNA LLAMADA AL AMOR", Anthony de Mello.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En gran parte no estoy de acuerdo, o sea, comparto que para conseguir la felicidad hay que estar dispuesto a renunciar a ciertas "posesiones" de las que el capitalismo ha enfatizado falsamente su importancia. Que debemos amar nuestro propio universo (somos polvo de estrellas). Nadie debe poseer a nadie. Pero... no lo haría para evitar que no me hagan daño ni para saltar a una felicidad duradera, porque yo no le temo a la infelicidad, ni a los tiempos oscuros, porque cuando me siento infeliz también me reconozco y me sigo sintiendo muy humano. Yo creo que si quieres obtener una felicidad duradera has de estar dispuesto a confiar en la humanidad. Evidentemente hay que ponerle etiqueta a lo malo y alejarlo de uno (y del alcance de los niños) para minimizar las posibilidades de que nos hieran. Odia al capitalismo alienante conmigo si quieres pero no odies al padre que te agobia o al novio que te hizo daño, no pierden dominio sobre tí por el hecho en sí de ignorarles con rabia o etiquetarles como veneno, sino por el hecho de que el futuro te pertenece sólo a tí, cuando comprendes que nadie puede devolverte ni revenderte el tiempo gastado. Tu tiempo es tuyo y no puede pagarse con dinero (maldito invento), con suerte se paga con amor y nunca, nunca, se paga con odio o rechazo. Si odias no dejarás marchar lo que te roba el tiempo.

Marta dijo...

mmmm ese pensamiento asusta un poco aunque lleve parte de razón...

Una Persona. dijo...

ADORO TU BLOG
encantador

Almu dijo...

Gracias, Meliquina!