domingo, 26 de agosto de 2007

Hay momentos, días, incluso semanas en los que llego a sentirme feliz, feliz de verdad y pienso que puedo conseguir lo que quiera, puedo conquistar el mundo, puedo con todo. Sin previo aviso, en el momento siguiente, me siento hundida y vencida, siento que nunca podré alcanzar mis sueños, que todo está en contra y no tengo fuerzas para enfrentarme a ello. Es un peso sobre mi corazón, una opresión en el pecho que no sé describir pero siempre está ahí, agazapado, esperando a salir, pillándome desprevenida. Y no sé lidiar con él, nunca supe. Sólo puedo esperar.

6 comentarios:

Sara dijo...

Mi pequeño saltamontes: es en esos momentos donde tienes que sacar tu fuerza interior y volver a decirle al mundo que estás ahí, y que la presión no va a poder contigo, sino que te va a hacer más fuerte, mucho más fuerte de lo que ya eres. Date cuenta de lo grande que eres, yo ya lo he visto.

Anónimo dijo...

Por desgracia esas cosas nos pasan a todos. Yo tengo la mala costumbre de ponerme (aún más) arisco y borde con la gente más cercana cuando me dan los bajones.

Como ya te han dicho más arriba, saca fuerzas de flaqueza en esos momentos, aprende a llevarlos lo mejor posible, y haz que tus debilidades se conviertan en fortalezas. Es más sencillo decirlo que hacerlo, pero por lo menos mientras lo intentas seguro que piensas menos en ello.

Ah, y no hagas el idiota como yo, y apóyate siempre en los amigos.

Anónimo dijo...

Son cosas de la montaña rusa de los sentimientos... Si te sirve de consuelo [q no creo] no eres la única a la q le pasa. Ánimos querida!

PeQueÑo DeSasTRe dijo...

dias felices! dias felices! piensa en ellos :D

:**+

El Mateo dijo...

Yo creo q esto nos pasa a todos... un día por la mañana parece q te vas a comer el mundo, y al momento siguiente todo se derrumba.

Como dices sólo queda esperar.

Pero hay que intentar q esa espera sea en compañía.

Besote!

Almu dijo...

gracias a todos, sois amor, os quero :*****